Lucy Westenra se mira al espejo
Acerca el candelabro principal.
Mira qué bella me he puesto para ti.
Mira esta piel, señora, firme y fresca
como la superficie de un estanque.
Un año entero sin probar
adobos o pasteles. Cinco estaciones
sin un grano de sal.
Mírame. Así no desearás nada distinto
a mi cuerpo o mi sombra.
Ni siquiera en las noches de verano.
Cierra los ojos. Imagíname ahora
saliendo de la espuma como Venus.
(Salta un salmón)
Mejor abre los ojos otra vez
y búscame en el fondo del espejo.
Más allá de mi cuerpo sin asomo de grasa.
Más allá de los prados azules
donde tus alaridos me despiertan
cuando duermo y te sueño.
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