lunes, marzo 09, 2009

Ramón Plaza

Ramón Plaza (1937 - 1991)

Apuntes para un resumen de vida



Del agua y del vaso

El agua tiene la forma del vaso.
El río se definiría si dijéramos: es agua de agua.
La lluvia: su vestidura grata.
Así podríamos seguir y siempre encontraríamos
una definición nueva.
Quizá el agua sea el éxtasis de Dios,
su forma extendida y sabia.
Pero el vaso y el agua
encierran el misterio de la sed.
Yo he bebido en la boca de los ríos
esperando que huyan los caballos.
Y el agua tiene hasta gustos azulados,
terrestres y continuos.
El agua y el vaso, en cambio,
devotamente unidos
son el testimonio pleno de la boca.
Unidos son la claridad que se desgaja,
un fruto terco que mirando a trasluz
no tiene diferencia.
No hay más voluntad que el esfuerzo hacia la boca,
no hay luz más encendida,
más perfecta,
que un vaso de agua
pleno y bello en medio de la mano.


De las estaciones ferroviarias

La espera las define para siempre.

En el medio de la pampa son islas secas
y en la noche su luz recuerda una fogata.

Las estaciones viven presas de los rieles.
Viven atrapadas por humos viajeros que se marchan.

La plenitud estalla cuando un tren huye al horizonte.
Entonces sostiene y despide a los que abandonan su fragancia.

La espera las define para siempre.
Las estaciones buscan un momento en medio de la noche
para hablar largamente con los trenes.

Decir su nombre y esperar,
esperar que el tren
se marche y se lo lleve.


Noticias sobre la heroica muerte de Sir Henry Morgan

Violó, robó, mató, saqueó,
murió de amorosa sífilis.
El Caballero de Jamaica,
el matador de los mares.
El que jugaba con las joyas
le gustaban todas las cosas
rumbosas de la vida.
¡Oh los senos!
Los senos de las muchachas de Portobelo / seno.
¡Oh la rica sífilis
bailando en Panamá!
Murió, murió, está muerto,
el que entraba desnudo a las aguas del Caribe.
¿Quién tomará su espada horrenda?
¿Quién mandará a pedir otra vuelta de ron?
¿Quién mordera ahora las suaves orejas de la noche?
Muerte, muerte, muerte,
de sífilis atroz,
y parálisis general progresiva.
Murió el Caballero de Jamaica.
El inventor del Banco de Inglaterra,
el dueño de los Siete Mares.
¡Oh, la sífilis eterna del capitalismo!
Saqueó Portobelo, saqueó Panamá, saqueó Maracaibo,
bebió la sangre de los muertos
y una andaluza loca venéreamente bella lo mató,
mientras sus senos
brillaban como gemas. Brillaban como la pestilente sífilis.
¡Loas!
¡Loas!
Al capitalismo
¡Loas!
¡A la Parálisis General Progresiva!

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